Utiliza protector solar
La comunidad Kapital Social cumple un año y lo celebro con un cupón de bienvenida.
Un lector me dijo que Kapital despierta el instinto aventurero.
Kapital Social es la taberna en la que preparar tu plan de viaje.
El 1 de junio de 1997, la periodista Mary Schmich publicó en el Chicago Tribune una columna titulada Advice, like youth, probably just wasted on the young. El texto sería popularmente recordada como Wear sunscreen. Me gustaría compartirlo hoy en Kapital.
Chicos y chicas de la promoción del 97: utilizad protector solar. Si pudiera solo daros un consejo para vuestro futuro, sería el uso del protector solar. Los beneficios a largo plazo del protector solar han sido demostrados científicamente, mientras que el resto de mis consejos no tienen mayor base que mi serpeante experiencia.
Aquí algunas ideas:
Disfruta de la fuerza y la belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y la belleza de tu juventud hasta que no se marchite. Pero créeme, dentro de veinte años, cuando te veas en tus fotos comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad. No estás tan gordo como imaginas. No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle. Los problemas que de verdad tienen importancia son aquellos que nunca pasan por tu cabeza, son esos que te sorprenden a las 4 de la tarde de un martes cualquiera. Todos los días haz algo que temas. Canta. No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos. Relájate. No pierdas el tiempo envidiando. A veces se gana y a veces se pierde. La competición es larga y, al final del día, se compite contra uno mismo. Recuerda los elogios que recibiste. Olvida los insultos—pero si consigues hacerlo, dime cómo. Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Practica estiramientos. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida. Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los 40. Toma calcio. Sé amable con tus rodillas. Las echarás de menos cuando te fallen. Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los 40, quizá no. Quizá bailes un vals en tu 75 aniversario de bodas. Hagas lo que hagas, no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Tus elecciones son una moneda al aire. Y así están también los demás. Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas. No te preocupes por lo que piensen de él los demás porque es el mejor instrumento que tendrás jamás. Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa. Lee las instrucciones, aunque no las sigas. No leas revistas de belleza, tan solo sirven para que te sientas feo. Escucha las historias de tus padres. No des por hecho que mañana seguirán aquí. Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que estén contigo en el futuro. Entiende que los amigos van y vienen pero que debes conservar un puñado de ellos con cariño. Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás. Vive en Nueva York por un tiempo, pero lárgate antes de que te endurezca. Vive en el norte de California por un tiempo, pero lárgate antes de que te ablande. Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás. Y cuando seas viejo añorarás ese tiempo en el que eras joven y los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a sus mayores. Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga. Tal vez recibas una herencia o tal vez te cases con alguien rico, pero nunca sabrás cuánto durará. No te hagas demasiadas cosas en tu pelo, si no quieres que a tus 40 se parezca al de alguien con 85. Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, esconder lo feo, reciclarlo, dándole más valor del que de verdad tiene. Pero hazme caso con lo del protector solar.
El mejor discurso de graduación nunca fue, curiosamente, un discurso de graduación.