En un abrir y cerrar de ojos
La vida no pasa, la vida te atropella.
Mientras estás haciendo planes.
La Great Ocean Road fue erigida por combatientes de la Gran Guerra. Los veteranos australianos construyeron una carretera que une las localidades de Torquay y Allansford, en el estado de Victoria, en memoria de los compañeros que no regresaron. La ruta está llena de hitos: las rocas de Los doce apóstoles, el majestuoso faro en Cabo Otway y la localidad costera de Apollo Bay, con sus vibraciones surferas. Recorriendo Australia de oeste a este, habiendo iniciado el road trip en Adelaida, llegamos al Anchor Belle Motel, para pasar la noche en Warrnambool. Un pueblo con un aire melancólico, que desprendía la triste sensación que el futuro pasaba por otro sitio —el sur de Italia lleva siglos en ese estado de ánimo. El propietario del hotel era un emigrante griego que había llegado a Melbourne hacía 20 años. No recuerdo su nombre. Mostraba esa simpatía genuina característica de los mediterráneos y me contó historias de Atenas en su lejano recuerdo de la patria. Le pregunté por sus primeros días en el nuevo continente, y me dijo que eso quedaba muy lejos pero que, sin embargo, le parecía que fue ayer cuando pisó por primera vez esa tierra extraña.
Dijo entonces una frase que no consigo olvidar:
Y veinte años pasan en un abrir y cerrar de ojos.
En inglés: “in the blink of an eye”.
Miro en Google Maps y veo que el hotel ha cerrado. Espero que ese hombre esté bien, disfrutando de su retiro dorado, con un perfecto equilibrio entre agitación y descanso.
La vida transcurre en un abrir de ojos y una pequeña cobardía te deja fuera de la partida. Tenlo presente, nunca bajes la guardia. Te distraes un segundo y te levantas con el pelo canoso en esa vida que nunca quisiste. Ya no hay vuelta atrás, el día siguiente la palmas. Aquello que dijiste que nunca harías, es lo que terminas haciendo. Aquello que dijiste que nunca serías, es lo que terminas siendo. No sabes cómo ha ocurrido, pero así terminó ocurriendo. La valentía, si tiene un sentido esta palabra, consiste en tomar la decisión difícil en el momento de mayor importancia, cuando todos te susurran al oído que no lo hagas. Los mediocres escuchan ese coro de voces y caen en la trampa. Su error es creer que tienen tiempo, que existen las segundas oportunidades. No las hay, ni nunca las hubo. La vida transcurre en un abrir y cerrar de ojos y no quieres lamentarte, en ese último suspiro, de aquella decisión consciente que un día tomaste, posponiendo un conflicto que creíste soslayable. Nadie te lo dijo entonces, pero fue allí, en ese preciso instante, en esa pequeña cobardía, cuando todo terminó. La vida feliz que podría haber sido, pero que nunca fue por falta de agallas.
Joan Tubau — Kapital
Este es un fragmento de Fuck you money, que saldrá publicado en otoño con Planeta.
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