Inverse Bernardos ETF
Empiezo el año con novedades: lanzo mi propio fondo.
El método consiste en seguir los tuits de Gonzalo Bernardos. Lo que él diga, yo hago lo contrario. Un ETF inverso. No quiero análisis técnico ni mucho menos value. Tampoco estratagemas complejas. Me río yo de los algoritmos de Jim Simons. Mis comisiones son bajas porque no necesito analistas. Repaso el timeline el domingo por la noche y actualizo la cartera el lunes por la mañana. Apple, Amazon y Tesla. Y cortos al IBEX, eso nunca falla. También algo de bitcoin. Y la mítica apuesta al VIX. La expectativa es escenario hiperinflacionista, desde que predijo IPC moderado. Ese es mi fondo y te invito a replicarlo. Celebraremos una reunión anual en el campo del Español, con el astrólogo Niño Becerra de invitado. Lo de Buffett en Omaha pero con fanáticos del patrón Gonzalo. Quien esté interesado que busque en Degiro. Idea original de @GustavoBolsa. Nombre técnico: Inverse Bernardos. Referencia: $NARDO.
Rentabilidad pasada no garantiza rentabilidad futura pero yo te prometo ganancias. Lo hace España con sus bonos no lo haré yo con un método verificado. La CNMV ya ha validado el fondo y la CNMC no opina porque está vigilando el Instagram de Iniesta—mientras el Santander paga dividendo con ampliación de capital. El pecado de los economistas es la soberbia intelectual. Krugman, experto en comercio internacional, arruina su reputación entrando en política monetaria. Levitt, consciente de sus limitaciones, estudia la economía freak, no responde sobre la macro. Me cuentan los que estudiaron en la UB que Gonzalo no es mal profesor pero, como Norma Desmond en El crepúsculo de los dioses, necesita exposición a los focos. Su recomendación de compra es un canario en la mina. Cuando tu madre te pregunta, el crash está cerca. Cuando Gonzalo tuitea, el precio colapsa. Escribió André Gide que «Dostoievski no describe los acontecimientos, los precede». Bernardos es el oráculo de los mercados.
Regresión a la media
Todo el mundo parece listo en un mercado alcista. Excepto si te apellidas Bernardos. ¿Palmar pasta con todo subiendo un 10%? Hold my beer, nunca infravalores a un tertuliano. Hay dos tipos de economistas: los que no saben predecir el futuro y los que no saben que no saben predecir el futuro. Gonzalo entraría en la segunda categoría. Su método es una implementación chapucera de la regresión a la media: vender cuando todo sube y comprar cuando todo baja. Un instructor de Kahneman creía que los gritos tenían un impacto positivo en el rendimiento de su unidad. Sin embargo no era esa una relación causal, lo que ocurría es que, estadísticamente, uno suele hacerlo mejor después de una mala actuación. No te creas el aura del nuevo entrenador. La regresión a la media, modelo útil en observaciones individuales, no funciona en un mercado interconectado, en el que no convergen mediciones. Que Tesla siga subiendo la hace más atractiva, no menos. La convicción colectiva afecta las probabilidades de éxito.
El bitcoin es el fetiche del boomer. Bernardos lleva 5 años esperando una regresión a la media, regla obsoleta en este fenómeno dinámico. Puede que el bitcoin termine en nada, pero es estúpido decir que su precio es caro. O llega al millón o se va a 0, no existe valor intermedio, o es revolución o termina en fracaso. Me gusta entrar en las redes cuando caen las criptos. «Ya te dije que Ethereum perdería los 3.000». A mí qué me cuentas, yo compré a 230. Para el boomer hipotecado, atrapado en un matrimonio asexual, la única felicidad son las desgracias ajenas. Critica la wallet del zoomer quien compró acciones de Terra. Yo combino Indexa Capital con apuestas extremas, aunque el mayor reto es monetizar el evento. Acertar el pronóstico es condición necesaria pero no suficiente, debes encontrar el activo correcto. En febrero de 2020, con un extraño virus en China, tuiteé la compra de oro. Eduardo Sanín me recomendó ir all the way con bitcoin. Le debo una cena. Para que luego digan que en Twitter no se gana dinero.
La paloma y el halcón
Los banqueros centrales distorsionan el juego. Es difícil ganar la apuesta porque ya no sabes cuáles son las reglas. Lagarde no entiende la inflación ni controla sus consecuencias. Los profesores de Harvard, aunque se escondan en tecnicismos, están igual de perdidos. Los economistas, personas serias, afrontan esta crisis con nombres animales. Si antes tenían el toro y el oso, para hablar de mercado alcista o bajista, ahora sacan la paloma y el halcón, para hablar de política expansiva o restrictiva. Los tipos bajos favorecen el consumo y los tipos altos el ahorro. Ante la amenaza de inflación, los banqueros centrales adoptan un mensaje hawkish, pero la mentalidad dominante sigue siendo dovish. El problema de fondo es la falta de independencia. Recuerdo una clase de Sala i Martín en la que contaba que el sistema funcionaría mientras el BCE se protegiera de las injerencias externas. Si sonaba el teléfono, Trichet no debía cogerlo. Hoy es Lagarde la que llama, preguntando qué quieren.
¿Quién aprobó una política monetaria en beneficio de las élites? Se lanzó un QE, no porque fuera del interés de la población, sino para proteger los activos del gobierno. Pronto pagaremos el desajuste, imprimir un billón de euros (¡sorpresa!) tiene un efecto en la economía. La deuda es insostenible y mi esperanza es la prima de riesgo, la desconfianza de los inversores, el control externo. El bitcoin jugará sin duda un papel, reintroduciendo la antigua disciplina del oro. No es ético que Lagarde, un perfil político, manipule las cotizaciones a cambio de favores personales. El pago es diferido, Bernanke cobra de Citadel por los servicios prestados. ¿Qué dirá esa mujer en una cena privada después de 4 copas de vino? Los incentivos perversos del político y el humor del banquero central mueven hoy el mercado. Tu rigurosa valoración poco importa con un burócrata todopoderoso. No era culpa de Paramés en 2018. Lo será hoy si no actualiza el modelo. Saca tu dinero de Cobas y mételo todo al ETF Bernardos.
Joan Tubau — Kapital
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K3. François Derbaix. Los fondos indexados.